Jorge Almirón y un ciclo marcado por la incertidumbre en Colo Colo
La historia reciente de Jorge Almirón en el fútbol chileno tiene de todo: lealtad, tensión, y decisiones de alto calibre. Pese a que muchos presagiaban un rápido final tras su tambaleante inicio en Colo Colo, el argentino optó por quedarse en medio del vendaval. Cuando recibió la tentadora oferta de Chivas de Guadalajara en mayo de 2025, la rechazó sin dudar. Quiso demostrar que podía revertir la situación y no abandonaría el barco en la tormenta, declarando con firmeza: “Nunca dejaría a mi gente atrás”. Esa frase cobra sentido viendo cómo el técnico soportó la presión de la hinchada y de la propia dirigencia después de tres derrotas al hilo, incluidas caídas dolorosas ante rivales históricos como la Universidad de Chile.
Las cosas no mejoraron tras esas derrotas. La pasada de cuentas llegó rápido: expulsión durante el clásico, inquietud en el camarín y los rumores de que Héctor Tapia, el técnico de las divisiones inferiores, ya tenía la venia de la directiva para asumir en cualquier momento. La relación con el plantel, el más caro en la historia del club, cayó en picada por los magros resultados y la tensión interna. Todo esto se agravó a pesar de que en enero de 2025 la administración le había renovado el vínculo, intentando darle estabilidad y un voto de confianza a un ciclo que pintaba para más.
De la resiliencia al reconocimiento en Primera B
La paciencia de la dirigencia, sin embargo, se agotó rápido. El club comenzó oficialmente a negociar la rescisión de su contrato en mayo, citando el bajo rendimiento y la fractura interna como razones principales. La eliminación temprana en Copa Libertadores y el papelón en el torneo local terminaron por sellar el destino de Almirón. Pero el argentino nunca abandonó su estilo ni su temple: “Para llegar a los buenos momentos, hay que pasar por los malos”, repetía en cada conferencia, dejando claro que sus convicciones eran más fuertes que las críticas del entorno colocolino.
Paradójicamente, esa misma entereza y capacidad para resistir tormentas lo han convertido, apenas unos meses después, en un protagonista inesperado de la Primera B chilena. Si bien algunos lo vieron fuera del circuito grande, Almirón asumió el desafío de reconstruir su carrera en una categoría menos mediática pero igual de exigente. Su experiencia en la gestión de crisis y el manejo de vestuarios divididos le han permitido empezar a destacar como líder en este nuevo escenario, ganándose el respeto incluso de quienes dudaban de su capacidad de reinvención. Así es como el hombre que fue resistido en Colo Colo, ahora se transforma en un aporte valioso para el fútbol de ascenso en Chile, demostrando que la resiliencia puede tener una segunda vida donde menos se espera.
CRISTIÁN FELIPE VÁSQUEZ CONSTANCIO
julio 29, 2025 AT 21:09¡Fuera de aquí con su discurso de resiliencia! ¿Resiliencia? Yo llamo a eso incapacidad de adaptarse.
karen espinoza
julio 30, 2025 AT 23:07¡Qué bonito que ahora esté reconstruyendo algo en Primera B! A veces la vida te pone en lugares pequeños para que te vuelvas grande. ¡Vamos Jorge!
Alexei Zubizarreta
julio 31, 2025 AT 00:14Y ahora se vende como ‘resiliente’ en Primera B? Jajaja. Eso no es resiliencia, es falta de opciones. ¿Cuántos técnicos chilenos con su currículum están en la calle? ¿Por qué él merece un segundo chance?
Cristobal Carcamo Asem
agosto 1, 2025 AT 06:01Almirón no fracasó. Nosotros fallamos como sociedad al no darle espacio para fallar. Su resiliencia no es un mérito personal, es un espejo de nuestra incapacidad para ser humanos con quienes nos guían. ¿Cuántas veces hemos tirado a alguien por una derrota y luego lo admiramos por levantarse en otro lado?
La historia se repite. Siempre.
Alex Cornejo
agosto 1, 2025 AT 06:13Lo que sí logró en Primera B es algo que muchos técnicos de primera división no hacen: escucha activa, coherencia en la comunicación, y estabilidad en la identidad del equipo. No es magia, es liderazgo emocional. Y eso, en categorías de ascenso, es más valioso que cualquier esquema táctico.
La Primera B no es un lugar de caída. Es un laboratorio de reconstrucción. Y él lo está usando como tal.
Bryan Bobadilla
agosto 1, 2025 AT 17:43¿Y los chilenos que sí tuvieron oportunidades y no pudieron? ¿Dónde están sus historias? Porque no hay ninguna. Solo hay un argentino que se convirtió en ‘mito’ porque le dieron una segunda oportunidad y no se murió en el intento. Eso no es heroísmo, es oportunismo.
Luis Arrau
agosto 1, 2025 AT 23:15Todo esto es pura ficción periodística. El tipo no es un líder, es un superviviente. Y ahora que no tiene nada que perder, se vende como filósofo. ¡Qué trampa!
jose Leonel Izquierdo Curico
agosto 3, 2025 AT 16:18El fútbol chileno es una farsa. Celebramos a los extranjeros que se quedan, y echamos a los nuestros que fracasan. Y luego nos sorprendemos cuando no hay desarrollo local. Hipocresía pura.
Leslie Michel Donoso Pinto
agosto 5, 2025 AT 05:09Me gustaría ver un análisis más profundo de los factores ambientales que permiten o impiden el crecimiento de un técnico. No solo de su carácter.
Andrés Aparicio
agosto 6, 2025 AT 06:09Simon Rondanelli Rubio
agosto 6, 2025 AT 23:49